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de la formación universitaria profesional es formar expertos que den soporte técnico para el funcionamiento y mantenimiento de nuestras sociedades cada vez más complejas, sea como médicos, ingenieros, abogados, o economistas. Pero también es cierto que, como consecuencia de ello, podemos acabar fomentando la preservación del status quo. Esto no es malo en sí mismo. Supongo que es importante que sus contadores conozcan las leyes vigentes y sean capaces de preparar correctamente sus declaraciones de impuestos.

¿O es una vía para preparar mentes inspiradas, independientes y críticas capaces de operar en un entorno dinámico, identificando los límites actuales explícitos e implícitos del conocimiento, para trascenderlos (ya sea en los campos de la Física, la Ingeniería, la Economía, o la Contaduría, por ejemplo)? Si ustedes creen que la formación de futuros académicos y profesionales no debe tomarse como algo dado, sagrado y permanente, por los siglos de los siglos, esta alternativa también es problemática.

Si sus alumnos están constantemente cuestionando todo (incluido el plan de estudios en el aula o el horario en sus puestos de trabajo) es muy probable que no sean capaces de realizar las tareas asignadas. Y terminarán como Pepito Grillo, causando malestar e irritación a quienes trabajan con ellos.

La conciliación de estos objetivos contradictorios es un desafío, tanto para nosotros como para nuestros estudiantes, sean de grado o de posgrado, porque nosotros hemos sido inculcados en la ortodoxia profesional, y probablemente nuestros recursos y metodologías educativas sean limitados, como para ofrecer una experiencia de apertura mental a nuestros estudiantes.

Este es especialmente el caso de las Facultades de Administración de Empresas, que apenas dejan las puertas abiertas al pensamiento crítico; al cuestionamiento de un supuesto orden natural de las cosas, a la búsqueda de lo que está más allá de las reglas técnicas, al descubrimiento de las fuerzas ocultas, de las causas y consecuencias de la forma de hacer las cosas, o la ideología que está implícita en algunos dogmas de fe