María Eugenia De la Rosa Leal, Mónica Ballesteros Grijalva, Ismael Mario Gastélum Castro
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Introducción
La sostenibilidad, aparece como un factor a considerar en el pensamiento empresarial, en un nuevo concepto que se añade a la percepción del modelo del negocio cada vez más cotidiana, otorgando el beneficio de ayudar a mejorar la imagen social de la organización y de las personas que lo integran.
De esta manera, la empresa se coloca en una realidad de su presencia como actor social comunitario (De la Rosa, 2021), cuya actividad y cadena de valor conlleva la necesidad de un aprendizaje empresarial sostenible.
Aprendizaje en cuya temática, los empresarios han entendido que la sustentabilidad corporativa no es sinónimo de “palomear ” criterios, o de tener un departamento de Responsabilidad Social Empresarial, o impulsar programas de voluntariado de los empleados, o incluso donar mercancías a una comunidad, o implementar políticas amigables con el medio ambiente. La sustentabilidad empresarial tiene como objetivo trascender en el tiempo, adoptar un marco teórico y contar con herramientas sólidas para evaluar las prácticas de sustentabilidad de la organización (Corresponsables ObservaRSE Fundación, 2016).
Por otra parte, entre los impulsos de la sostenibilidad empresarial, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, puntualizan en su ODS 12 Producción y Consumo Responsable en la meta 12.6:
“Alentar a las empresas, en especial las grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes ” (Pacto Mundial Red Española, 2022).
Provocado con esta propuesta un acceso a la interiorización de una percepción racional de la sustentabilidad.