Patricia Hernández García, Vicente Hernández García, Mónica Hernández Madrigal
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sociedad); y el eje académico el impacto educativo (formación estudiantil) y el impacto cognitivo (epistemología y de investigación). Considerando esta perspectiva surge la pregunta de investigación sobre ¿se puede construir un modelo de responsabilidad social universitaria aplicable a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, considerando la importancia que tiene su desempeño en la sociedad y el impacto que en ella genera?
Con base en la pregunta, se plantea el objetivo de la presente investigación es proponer un modelo de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) para la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. La importancia de la presente investigación radica en considerar que la responsabilidad social aplica a todas las organizaciones, pero debe ser parte de ser parte de su estructura, considerando su impacto en la sociedad, el medio ambiente, y el desarrollo de la comunidad, provocando beneficios colaterales en procesos de innovación con base en las expectativas legítimas de la sociedad (Vallaeys, y Álvarez Rodríguez, 2019).
Siendo las universidades las principales formadoras de profesionales que a su vez se van a insertar en las organizaciones de cualquier giro, por lo tanto, no es suficiente con una adecuada formación cognitiva, sino que es necesario sumar conocimientos y habilidades sociales que les permitan desarrollar su vida laboral en un ambiente de responsabilidad y compromiso a la comunidad, por lo cual toda la estructura de la universidad (la administración central, el área académica y de extensión) serán un fuerte apoyo en el desarrollo de actividades sociales y medioambientales requeridas por la comunidad, generando con ello impactos positivos tanto a la sociedad, como a la propia universidad, respaldando con ello su legitimidad y en sus egresados un alto sentido de compromiso social organizaciones (Ojeda Hidalgo y Álvarez Orozco, 2015):
Hablar de la RSU en las instituciones donde laboramos es pensar y repensar los propios espacios bajo una óptica crítica y compleja, sin caer en la complacencia, siempre tentadora, de palomear las acciones que se llevan a cabo en la actualidad para poder presentar informes que validen que se es socialmente responsable. Se trata sin duda del reto de la próxima década.